domingo, 6 de diciembre de 2015

LA ESCUELA ACTIVA Y LOS MODELOS AUTOESTRUCTURANTES


Los factores históricos, científicos y sociales, que se dieron a finales del siglo XX produjeron un cambio en la concepción pedagógica, que trajo consigo la aparición de la Escuela Activa. Hechos tales como la Revolución Francesa, las ideas de Darwin y las nuevas concepciones sobre la psicología del niño, las corrientes científicas fueron las que nutrieron a la Escuela Nueva o Escuela Activa.

Desde la pedagogía, es Comenius, en su obra “Didáctica Magna” (1657), quién iniciará el tránsito hacia la acción y reivindicación de lo natural en la enseñanza. Pero, será el "Emilio" de Rousseau el texto que más se acerca al ideario de la Escuela Activa porque en él se enfrenta al autoritarismo, al intelectualismo y a la desnaturalización de la Escuela Tradicional y proclama el principio del crecimiento espontáneo y natural del niño y la necesidad de concebirlo como un ser independiente y no como un adulto en miniatura. Rousseau propende por una enseñanza experimental y por reconocer la capacidad del niño de generar la capacidad de su propio desarrollo. (De Zubiría, 2006).
En Colombia, el principal representante de la Escuela Activa, será don Agustín Nieto Caballero fundador del Gimnasio Moderno (1914), institución que fue pionera en América Latina en la implementación de este enfoque pedagógico. Utilizó, principalmente, las ideas de Montessori y Decroly.

La Escuela Activa explica el aprendizaje desde el activismo, se “aprende haciendo” afirma Decroly, el conocimiento será efectivo en la medida en que se base en la experiencia; la escuela debe crear condiciones para facilitar la manipulación y la experimentación por parte de los estudiantes. El niño pasa a ser el centro de los procesos educativos, y tanto los programas como los métodos tendrán que partir de sus necesidades, motivaciones e intereses.

¿Qué es pedagogía activa?
La pedagogía activa concibe la educación como el señalar caminos para la autodeterminación personal y social, y como el desarrollo de la conciencia crítica por medio del análisis y la transformación de la realidad; acentúa el carácter activo del niño en el proceso de aprendizaje, interpretándolo como buscar significados, criticar, inventar, indagar en contacto permanente con la realidad; concede importancia a la motivación del niño y a la relación escuela-comunidad y vida; identifica al docente como animador, orientador y catalizador del proceso de aprendizaje; concibe la verdad como proyecto que es elaborado y no posesión de unas pocas personas; la relación teoría y práctica como procesos complementarios, y la relación docente-alumno como un proceso de diálogo, cooperación y apertura permanente.


Las actividades de los niños de tres a seis años, en el nivel de preescolar deben ser estructuradas y adecuadas a sus etapas de desarrollo, para lograr la integralidad y armonía en sus procesos a nivel cognitivo, social y emocional. Cuando el niño está en una actividad que responde a sus intereses y necesidades, no espera que el docente le dé todo solucionado y le indique la manera de realizarlo: busca, pregunta, propone y ejecuta las acciones y trabajos que crea necesarios para cumplir con su propósito.

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